Los colores (psicodélicos) de la música
Melissa Santamaría es una joven arquitecta y artista visual que ama la música y conectar con personas a través de su arte. Nacida en la CDMX hace 25 años, combina sus pasiones y amplio conocimiento en softwares para generar visuales para conciertos, videos musicales y todo tipo de material gráfico para la industria musical nacional e internacional. Psicodelia, sincronicidad y dinamismo son características de su trabajo y no es fortuito que haya colaborado con artistas como Flying Lotus, Nubya Garcia y Hiatus Kaiyote, entre otros. Melissa habló con Grid Magazine sobre su proceso creativo.
¿Cómo empezaste a experimentar con arte visual y gráficos?
Cuando estudiaba el noveno semestre de arquitectura, me fui en verano a la Technische Universitäten Berlin donde estudié código Arduino y al terminar la carrera y empecé a experimentar con distintos softwares: C 4D, TouchDesigner y Grasshopper donde trataba de mezclar las imágenes finales en algo completamente nuevo.
¿Cuál es la parte favorita de tu trabajo?
No saber cuál será el outcome final. En el arte generativo tienes infinitos resultados y nunca puedes conocer la combinación de todos ellos. Me gusta también conectar con diferentes personas a través de lo que hago.
Platícanos sobre las colaboraciones favoritas en las que has participado.
Mi favorita ha sido con Sufjan Stevens, trabajamos juntos en todos los visuales de su último álbum. Uno de mis gigs favoritos fue con Andy Stott, un productor de Inglaterra que siempre me gustó.
¿Cómo complementan tus estudios de arquitectura tu práctica como artista visual?
La arquitectura me dió orden y estabilidad en lo que hago, así como la parte empírica e intuitiva de las cosas. Cuando realizo instalaciones, por ejemplo, automáticamente puedo proyectar en mi mente en términos de escala.
La experimentación es un proceso importante en tu trabajo, ¿Cómo la abordas?
Experimentando conoces tus límites y puedes explorar aún más la parte creativa. Siento que con todos los softwares que hay en la actualidad se limita un poco el proceso creativo. Antes, los artistas digitales primero plasmaban sus ideas en storyboards o dibujos, era un proceso más humano. Ahora solo entras a un software y empiezas desde cero, hay templates para todo, entonces tu mente probablemente pierde un poco las variaciones mentales que podrías tener, por ejemplo, primero dibujándolo. En lo que hago siempre trato de darle un lado más análogo o simulando cosas de la naturaleza, algo como tratando de darle ese lugar más “natural u orgánico” a lo que hago.
En tu trabajo se juntan varias disciplinas, ¿Cómo trabajas de manera colaborativa con diferentes artistas y creadores de otros medios?
Normalmente trabajo en visuales para conciertos, videos musicales y dirección creativa. Depende mucho si tu cliente es una marca o un artista. Mi parte favorita es trabajar con artistas y normalmente tengo mucha libertad creativa. Platico con ellos y les pido que me digan, por ejemplo, los colores que imaginan con sus canciones y después yo abstraigo todo lo que dicen en esos colores, texturas o movimientos. Con agencias o marcas es más limitado, les gusta mi estilo pero sí piden cosas más específicas; por ejemplo, he tenido proyectos con Adidas, Bottega Veneta o el Atlas y sí se enfocan más a líneas de diseño específicas.
¿Qué consejo darías a los creadores jóvenes que buscan adentrarse en el mundo del arte visual experimental?
Que encuentren las mejores fuentes, las combinen con su conocimiento existente y lo organicen en un mapa mental de tal forma que puedan crecer. Añadan sus ingredientes secretos. Disfruten la belleza y la fuerza de la creación de la que son parte.
Siente > Filtra > Razona > Crea >Disfrútalo.
Utilicen todas las herramientas existentes para abrir tantos canales como sea posible. Mantengan el proceso simple, natural y háganlo divertido. Concéntrense en agregar estructura a lo no estructurado para ordenar lo desordenado. Sean capaces de nombrar las cosas y hacerlas suyas.