En sus textos y análisis, la arquitecta Marlen Mendoza Villarreal siempre encuentra la tangente perfecta entre arquitectura, cotidianidad y sociedad. Oriunda de la ciudad de Guanajuato, egresada de la UNAM, fundadora del podcast Planta Libre y conductora del programa Conducta Urbana en Radio Arquitectura –para arquitectos y no arquitectos–, explora para GRID la “tradición contemporánea” o, dicho de otro modo, el punto en el que convergen las piezas tradicionales con la industria para marcar nuevas tendencias.
¿Qué papel juegan las técnicas de realización de objetos tradicionales en la memoria colectiva de la sociedad?
Son fundamentales en la identidad social de una comunidad: cómo se ven, de qué materiales o de qué colores y texturas se trata; ellos definen y mantienen viva la memoria colectiva.
¿Qué papel juegan las técnicas de realización de objetos tradicionales en la producción de objetos en la actualidad?
Aunque en algunos casos se han resignificado y mantienen la hebra de la continuidad y de la pertenencia, hoy por hoy parece que son simplemente un rasgo estético, que obedecen a una tendencia superficial, a un fetiche de la imagen, siempre que hablamos de su implementación en objetos comerciales o industrializados.
¿De qué manera crees que impacta a los artesanos esta reinterpretación de las técnicas y objetos tradicionales dentro de la moda actual?
Seguimos sin valorar genuinamente el trabajo artesanal. En este momento la moda es lo imperfecto y lo “único”, pero seguimos consumiendo en altos volúmenes y precarizando el trabajo. A las y los artesanos no les beneficia sustancialmente, al contrario.
¿Crees que su trabajo se valora de forma adecuada?
De ninguna manera.
¿Y la producción está siendo afectada?
Claro. Porque el volumen de trabajo aumente eso no significa que será en mejores condiciones laborales.
¿Consideras que se les invita a formar parte de esta reinterpretación?
En algunos casos son invitados pero no democratizando el espacio ni los objetos; son invitadas e invitados siempre bajo el brazo del “diseñador” o la “diseñadora”, siempre subordinados, lejos incluso de un esquema horizontal, a sabiendas que la producción original creativa viene de ellas y ellos. En ocasiones, las y los diseñadores simplemente aplican sus diseños a objetos comerciales, como calcomanías.
Dentro de la moda actual, ¿de qué forma impacta a los nuevos diseñadores esta reinterpretación de las técnicas y objetos tradicionales?
Simplemente la imagen y el objeto final se vuelven parte del consumo masivo, no tienen un significado, carecen de historia y de identidad… es como comer un pan sin miga.
¿Los diseñadores están investigando y conectando con las tradiciones de manera adecuada?
Ignoro si su proceso de investigación es adecuado o no, podría pensar que en cuanto a los resultados, las exploraciones en torno a las técnicas tradicionales es pobre y poco seria. Seguramente hay personas íntimamente involucradas con cuidar y preservar esas técnicas pero también habrá otras que creen que ir un par de semanas a Chiapas. Ya es suficiente para reproducir conocimiento y técnicas de muchísimos años de tradición.
¿Crees que el discurso que manejan con sus piezas es fiel a las tradiciones que representan?
Dudo mucho que representen genuinamente alguna tradición y mucho menos que tengan un discurso, parece que solo siguen la corriente de lo vendible.
¿Hasta qué punto crees que es adecuado el deconstruir una técnica u objeto tradicional sin que pierda su fundamento?
Los objetos artesanales y sus técnicas son únicos; un tapete de Teotitlán del Valle solo puede nacer ahí. Solo puede venir de manos de la gente del lugar; lo que se haga fuera de eso, con otras herramientas y materiales, no es un tapete de Teotitlán del Valle, es otra cosa y también está bien. Solo dejemos de querer meter todo a la misma caja.
¿Qué consejo le darías a los jóvenes diseñadores que buscan honrar sus raíces reinterpretando objetos tradicionales?
La mejor forma de honrar nuestras raíces es conociéndolas, entendiéndolas y respetándolas, no necesitan reinterpretaciones ni “hacerse vigentes”, siempre serán vigentes porque se miden más allá de las leyes y movimientos mercantiles. Lo ideal es buscar una voz propia, ahondando en exploraciones personales. Para que lo que sea resultado de ello, sea genuino a cada quien y no una simple y trivial adaptación de algo que hizo alguien más.