Sillas con peculiares diseños de diferentes colores
Mijalí Posada | Travesía multicultural en el diseño latinoamericano

Mijalí Posada | Travesía multicultural en el diseño latinoamericano

Llamar a Mijalí Posada Polydorides (Irapuato, 1997) el resultado de experiencias multiculturales por los lugares que ha visitado es una subestimación. Su madre es de Chipre, una isla al sur de la península de Anatolia, en el mar Mediterráneo, y su padre es un mexicano con raíces españolas.

Esta riqueza cultural ha influido en su perspectiva a la hora de diseñar y crear arte. Un conflicto de identidad por saber dónde se posiciona culturalmente y que eventualmente dio paso a la idea de que no había porqué elegir cuando en realidad no era uno u otro, sino la mezcla de todo. Una perspectiva única tocada por diferentes partes del globo y aplicada al diseño y al arte.

Una nutrición cultural: del Bajío a Milán

Mijalí también se ha nutrido de la esencia del Bajío. Nació en Irapuato, Guanajuato, donde vivió hasta los 18 años, cuando se mudó a Guadalajara, para estudiar en el Tecnológico de Monterrey y luego en el Politecnico di Milano, en Milán, Italia. Para Mijalí, el diseño es un proceso personal e íntimo; cada pieza busca contar una historia y generar un lazo con el usuario. Para que al ser utilizada no se quede en un solo movimiento o proceso involuntario o inconsciente, sino en una experiencia memorable que genere diálogo, argumentos y debates.

La exposición de la vulnerabilidad: la Silla Taquera

Un ejemplo es la Silla taquera, un diseño de Mijalí inspirado en el personaje de la mujer taquera, con características controversiales como el reposabrazos invertido que no entra en la tipología tradicional de un silla. Aquí es donde el artista queda expuesto y vulnerable ante la opinión del público. Las opiniones pueden ser buenas o malas; lo que percibe como fortalezas en su pieza pueden ser vistas como fallas por el público. Y la falla evidente en los ojos del autor se puede volver el punto donde la pieza conecta con el usuario.

En pocos lugares las piezas de un artista latinoamericano tienen más espectadores y oportunidades de generar diálogo que en Zona Maco. Mijalí piensa que como artista es fundamental mostrar tu trabajo, “no es solo diseñar y dejar en el closet para que agarre polvo”, explica. Sabe que exponer en esta feria fue un privilegio y se emocionó por mostrar sus piezas de este año. Una colección de lámparas para la Galería Mexicana de Diseño en colaboración con And Jacob que lleva por nombre Roka

Esta no fue la primera participación de Mijalí en Zona Maco; en el 2021 formó parte de la primera edición Emergente, con una pieza creada con anterioridad. Para este 2023, la convocatoria permitió presentar piezas que los diseñadores aún no habían producido. Y es que Zona Maco permite crear comunidad, conocer personas como tú, con pensamientos y pasiones similares que caminan hacia el mismo destino.