Reinterpretar los códigos de los bistrós franceses –que algunos de los más emblemáticos restaurantes de Manhattan han retomado–, ha sido el punto de partida del nuevo proyecto de arquitectura, mobiliario, merchandising e identidad gráfica de MYT+GLVDK para Ludlow, restaurante que abre sus puertas con un concepto gastronómico que evoca la fusión entre el encanto del viejo mundo con la vibrante energía del continente americano.
Evocando la esencia de Ludlow en Mitikah
Para Ludlow, ubicado en el centro comercial Mitikah, los arquitectos Andrés Mier y Terán y Regina Galvanduque desarrollaron una propuesta integral en la que evocan el trabajo realizado por el reconocido empresario Keith McNally, quien fuese el artífice de los más emblemáticos restaurantes del Downtown de Nueva York, como Balthazar, Pastis o Lucky Strike.
Es así como la esencia de esos sitios fundamentales de Nolita y SoHo y su estética vintage, se recrea con un toque mexicano para ofrecerle a los habitantes del Sur de la Ciudad de México un espacio en el que puedan disfrutar de un ambiente inédito que los transporte alguno de los establecimientos icónicos de Nueva York o París.
Experiencia culinaria en Ludlow
La apuesta culinaria de Ludlow se centra en un menú de comfort food articulado por platillos franceses tradicionales y otros clásicos como hamburguesas, pizzas y pastas. Bajo esta premisa, Mier y Terán y Galvanduque han creado una atmósfera acogedora con un mobiliario ecléctico que aúna una colección de antigüedades combinada con elementos que recuerdan al pasado, como se aprecia en los establecimientos ricos en bagaje e historia.
Conformado por una superficie de 350 metros cuadrados, Ludlow se distribuye en dos áreas: la primera es un salón en el que una gran banca de madera de formas orgánicas y una barra con una cava monumental que, en conjunto, se convierten en las piezas centrales del restaurante; en segunda instancia, un área de café con una terraza y fachada exterior que incorpora cancelería de madera y mesas para tomar un café o el aperitivo, acompañado de un menú que se sirve durante todo el día.
Ambientando con nostalgia y luminosidad
El interiorismo se define por su carácter evocador a partir de un ensamble de materiales y rasgos arquitectónicos que hacen un guiño a las memorias de los comensales, como los mosaicos de la casa de la abuela y una gama cromática con los tonos utilizados en las cafeterías de más tradición en los centros históricos de las grandes ciudades, tales como el naranja deslavado, marrón chocolate, crema y acentos de negro.
Para brindar una sensación de calidez, la iluminación ha sido clave en Ludlow y a la vez un reto, pues el local tiene una altura de más de seis metros. Es por ello que se diseñó una serie de lámparas en cromo, madera y esferas de vidrio con un halo tamizado que le confieren un ambiente acogedor.
El arte visual y funcional de Ludlow
En la identidad gráfica se decantaron por un juego de tipografías que combinan líneas puras y curvas pronunciadas en su trazo y que se acompañan con una ilustración de reminiscencias cubistas de la efigie del General William Ludlow, un componente que rinde homenaje a las tertulias bohemias de los bistros en las que los artistas se daban cita para intercambiar ideas y a su paso dejar bocetos en las servilletas.
Profundizando en los detalles, el despacho multidisciplinario también se encargó de la propuesta de decoración de la vajilla y de los empaques —vasos, cajas para la repostería y órdenes para llevar e incluso las latas de café en grano. En ellos se plasma una composición que busca ser claramente reconocible, como su sello a partir de tres matices: blanco, negro y naranja.
En Ludlow, Andrés Mier y Terán y Regina Galvanduque refrendan la rúbrica que les ha brindado reconocimiento: la arquitectura vivencial, mediante la cual se cristaliza en una experiencia enfocada en recibir a la gente en un entorno cómodo y afable que recupera el sabor de un barrio tradicional, como Montparnasse, en París o NoLita, en Nueva York.
Contacto:
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