El mundo del arte y el diseño siempre está en constante búsqueda de nuevas voces y perspectivas. En esta ocasión, el ceramista mexicano Andrés Anza ha captado la atención internacional al ser reconocido por la Loewe Foundation, lo que lo posiciona como uno de los talentos emergentes más prometedores. Su enfoque innovador hacia la cerámica, combinando técnicas tradicionales y contemporáneas, lo ha llevado a crear obras que exploran la conexión entre lo visible y lo invisible.
Un encuentro accidental de Andrés Anza con la cerámica
Andrés Anza, originario de Monterrey, nunca imaginó que su carrera estaría dedicada a la cerámica. Fue en el taller de su tío, el escultor Mauricio Cortés, donde por primera vez tuvo contacto con este material. Lo que comenzó como un trabajo asistencial, rápidamente se transformó en una pasión. La cerámica le ofreció algo único: “La libertad que me daba para crear era algo que no encontraba en otros medios”, comenta Anza. Este encuentro marcó el inicio de una carrera que lo llevaría a destacarse por su capacidad para combinar técnica y arte en cada pieza.
La obra premiada por Loewe
La pieza ganadora, titulada “I only know what I have seen”, es un reflejo perfecto de su práctica artística. “Solo conozco lo que he visto”, explica Anza, es una metáfora de cómo en su obra se enfoca en la estructura interna de las esculturas, en aquello que no se ve pero que es esencial. Esta idea trasciende el mero objeto y se convierte en una reflexión sobre las relaciones humanas: “Es un reflejo de cómo debemos interiorizar en nuestras relaciones, hasta conocer lo que no está a la vista de la personalidad de los que nos rodean”, agrega.
La cerámica | un arte vivo para Andrés Anza
Para Anza, la cerámica es más que un medio artístico. Es un proceso de convivencia con el material, un diálogo en el que ambos, artista y barro, se influyen mutuamente. En un mundo donde la producción en masa domina, Andrés defiende el valor de lo artesanal: “El trato de una pieza que se trabaja a mano se nota, es un arte más vivo”, afirma.
Tradición y contemporaneidad en el diseño
Anza se inspira en elementos de la tradición cerámica, no solo en lo formal o técnico, sino también en la idea de la repetición y la creación de una continuidad. Para él, lo artesanal y lo artístico deben convivir en el mismo plano, enriqueciendo el diseño contemporáneo. Sus piezas no solo son esculturas, son seres con personalidad, como él mismo los describe, resultado de un proceso donde la paciencia, el detalle y la repetición crean una obra única.
Más allá de Loewe
Aunque el reconocimiento de la Loewe Foundation ha sido un hito en su carrera, Andrés no se detiene. Otros premios como la Mención Honorífica en la Bienal de la UNAM en 2016 y la residencia artística en Dinamarca, obtenida en Milán, son logros que avalan su trayectoria. Sin embargo, lo más valioso para él sigue siendo el trabajo diario en su taller. “Es el trabajo diario lo que me hace llegar a esos reconocimientos”, afirma con humildad.
Un consejo de Andrés Anza para los jóvenes ceramistas
Para los jóvenes que buscan dejar su huella en el arte y el diseño, Andrés tiene un consejo claro: “No tengan miedo de repetir una idea, seguir explorando… hay que hacer muchas obras para llegar a esa ‘obra maestra’”. Este proceso de aprendizaje continuo es clave en su éxito, y anima a las nuevas generaciones a no tener miedo de experimentar con sus ideas y manos.